Muchas veces juzgamos a la gente sin saber realmente como piensan o lo que ellos realmente creen hasta que sabemos o estudiamos cual es su ideología. Muchas veces nos damos vuelta a ver a alguien que se viste diferente o escucha música rara o en este caso algo más “fuerte” de lo común.
La gente cree que la música metal es un tanto satánica o peligrosa, pero hemos descubierto que va más allá de eso, los contenidos pueden variar entre historias amorosas, situaciones históricas, sobre vikingos, leyendas, entre otras. Para los metaleros es más que música, es una identidad que no se desarrolla de un día para otro, sino que es un proceso donde se van aprendiendo muchas cosas.
En el momento en que nació el metal ellos no sentían que el metal había llegado para liberarlos, sino que era algo que suplicaban, suplicaban tener esa atmósfera de libertad de expresión y una libertad de comunicación, donde ellos se desahogan, donde disfrutan de lo que hacen, ya que son amantes de la música y grandes conocedores de ésta. El metal se convirtió en un fenómeno popular, por todos lados se veían chicos con el pelo largo, haciendo la señal de los cuernos del diablo y tocando guitarras de aire, hasta el día de hoy, donde verlos en las calles o por cualquier lado no es nada raro.
Hay algo que todas las culturas comparten y es el hecho de pertenecer a un estilo de vida, según un documental: el metal confronta lo que preferimos ignorar, celebra lo que a menudo renegamos y es indulgente con aquello que mas tememos, por eso el metal siempre será un cultura de marginados (Sam Dunn)
